jueves, 1 de abril de 2010

Buscando la Verdad a 200 años de distancia


En este año del Bicentenario del nacimiento de la Patria, sería loable reflexionar qué Patria es esa que queremos. Una Patria sustentada en falsedades históricas y mentiras presentes o una Patria justa, libre y soberana, basada en la Verdad. Es un momento crucial, pues hasta ahora los argentinos nos hemos mentido obstinadamente y ejercido ese mal endémico nacional casi con descaro.Si realmente deseamos Justicia, Libertad y Soberanía, quizá ha llegado el tiempo de reconciliarnos con la Verdad. Verdad que se nos escamotea a través de su antagonista eterna: la mentira. “Cuanto mas grande sea una mentira más gente lo creerá”, dijo alguna vez el ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels. No estamos en condiciones de llamarnos “Nación” si entre nosotros reina Ella y se enseñorea y envanece, aplaudida por la claque de genuflexos y obsecuentes. No tenemos derecho a defraudar el legado de tanta sangre derramada de personajes sobresalientes o de ilustres desconocidos que dejaron todo para que esta Nación Argentina vea la luz y perdure. Desde el Padre de Patria, don José de San Martín hasta el último recluta de la independencia, las patricias mendocinas, los gauchos de Güemes, bravas y abnegadas mujeres como Juana Azurduy, los improvisados marineros levados por su voluntad o sin ella en esas primeras escuadras de barquichuelos que enfrentaron a la Metrópoli… todos… desde su descanso en la tierra o en las aguas, nos demandan que concluyamos con la discordia que causa la mentira institucionalizada, pues no es la Patria que ellos soñaron.
Finalizando, citaremos a don Juan Manuel:
"Llegará el día en que desapareciendo las sombras sólo queden las verdades, que no dejarán de conocerse por más que quieran ocultarse entre el torrente oscuro de las injusticias" (Brigadier Juan Manuel de Rosas, 1857)

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